
(El libro de bolsillo - Filosofía) Tapa blanda
6 noviembre 2014
de José Ferrater Mora (Autor)
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Transmutación mental objetivo del Kybalion
La transmutación mental explica el propósito de la venida del ser humano a La Tierra
Afirmar que la transmutación mental es el propósito central de la encarnación humana puede sonar, a primera vista, pretencioso.
Pero quien ha recorrido con sinceridad los senderos del conocimiento, la introspección y la experiencia, acaba por intuir —y finalmente comprender— que esta afirmación no solo es válida, sino esencial.
Porque en algún momento del camino, todos nos enfrentamos a la gran pregunta:
¿Por qué hemos venido a este mundo? ¿Qué sentido tiene esta existencia finita, frágil y a menudo desconcertante?
Las respuestas abundan, claro: aprender, evolucionar, amar, experimentar, pagar karmas, cumplir misiones, etc.
Pero muchas de ellas, si no están bien ancladas en la realidad profunda del Ser, terminan siendo explicaciones parciales, adornadas, o directamente evasivas.
El Kybalion, al introducir el principio de transmutación mental, nos ofrece una llave. No una creencia, no un dogma: una herramienta operativa.
Y esa herramienta es el Arte de cambiar los estados mentales inferiores en superiores.
Es decir: la alquimia de la consciencia.
Y cuando uno lo comprende, incluso por un instante, todo encaja:
La vida no es un castigo, ni una prueba, ni una sala de espera: es un laboratorio sagrado. Y nuestra mente, el crisol donde se forjan los metales del alma.
¿QUÉ SIGNIFICA Transmutación mental objetivo del Kybalion?
Transmutar no es simplemente cambiar: es transformar la esencia de algo, elevarlo, reconvertirlo desde su naturaleza actual hacia un estado superior.
Aplicado a la mente, esto implica una operación interna profunda: modificar conscientemente nuestros estados mentales, emocionales y espirituales, convirtiendo lo denso en sutil, lo reactivo en creativo, lo caótico en armónico.
El Kybalion lo enuncia con claridad:
“La mente (así como los metales y los elementos) puede ser transmutada de estado a estado, de grado a grado, de condición a condición, de polo a polo, de vibración a vibración.”
No es poesía mística: es ingeniería vibracional aplicada al alma.
En este marco, la transmutación mental se convierte en el propósito divino encarnado. Porque a través de ella, el ser humano se convierte en partícipe consciente de la gran obra:
El TODO explorándose a Sí Mismo en infinitas formas, a través de los sucesivos cambios mentales de sus criaturas.
Y sí, uno de los caminos privilegiados en este proceso es el sufrimiento.
No como castigo, sino como palanca de despertar, como mecanismo de fricción que obliga a romper las formas viejas y a liberar lo nuevo.
El dolor, cuando se vive con conciencia, purifica. El caos, cuando se observa sin juicio, revela patrones.
Cada transmutación interior —por pequeña que sea— eleva el alma, expande la conciencia y siembra sabiduría en el terreno de lo eterno.
Y con ella llega, como un eco suave pero irrefutable, la certeza silenciosa de saberse en el camino correcto.
La respuesta, antes inasible, empieza a perfilarse con nitidez:
«¿Quién soy? ¿Qué hago aquí?» — Soy una chispa del TODO, aquí para recordarlo.
¿CUÁL ES LA HERRAMIENTA DISPONIBLE PARA CONSEGUIRLA?
Sin lugar a dudas: la Ley Universal de la Polaridad.
Este principio, recogido en El Kybalion, es quizá la herramienta operativa más poderosa que El Todo ha puesto a disposición del ser humano para lograr una auténtica evolución espiritual.
No se trata de una teoría abstracta, ni de una especulación metafísica, sino de una clave práctica, funcional y transformadora.
La Ley de Polaridad nos enseña que “todo es dual, todo tiene dos polos, todo tiene su par de opuestos”.
Y, lo más importante: los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado.
Frío y calor, amor y odio, miedo y valor, tristeza y gozo… son expresiones del mismo fenómeno, manifestado en distintos puntos de la escala vibratoria.
¿Y qué significa esto para quien busca transmutarse a sí mismo?
Significa que no estamos atrapados en nuestros estados mentales actuales.
Podemos desplazarnos conscientemente por la escala de polaridad, elegir otra frecuencia y operar desde un lugar más elevado.
El Hermetismo no te pide que destruyas tu sombra, sino que la transfigures en luz a través del cambio de vibración.
Desde mi experiencia, y con el deseo sincero de compartir claves accesibles y efectivas, profundizaremos a continuación en cómo utilizar esta Ley para llevar a cabo una transmutación mental real, cotidiana y profundamente liberadora.
Porque conocer las Leyes está bien.
Pero vivirlas, aplicarlas y convertirlas en carne de nuestra experiencia… eso es verdadera alquimia.
Transmutación mental: objetivo de la aplicación correcta de la Ley Universal de Polaridad del Kybalion
Aunque la transmutación mental es un proceso complejo —en el que interactúan todas las Siete Leyes Universales reveladas en El Kybalion— hay una que actúa como columna vertebral: la Ley de Polaridad.
¿Por qué?
Porque esta Ley induce con fuerza una transformación directa en nuestras actitudes, hábitos y paradigmas mentales.
Nos permite desplazar la conciencia desde estados inferiores hacia estados superiores de manera voluntaria y sostenida.
Es, en esencia, la palanca hermética que mueve el alma.
Todas las religiones, escuelas místicas y sistemas de creencias —más allá de sus formas culturales— apuntan a esta misma realidad universal.
Todas reconocen, de una manera u otra, que la existencia humana tiene por finalidad la reunión con lo Divino a través de un proceso de transformación interior.
Algunas lo llaman “purificación del alma”.
Otras lo presentan como “caminar hacia Dios”, “ser bueno”, “no pecar”, “superar pruebas”, o “ganar el cielo”.
Pero si se desnuda el lenguaje y se contempla la esencia, lo que realmente están diciendo es esto:
Para acercarse al Origen, uno debe transmutarse. Y la transmutación requiere cambiar de polaridad.
Aquí no hay castigos divinos ni premios celestiales. Hay leyes energéticas que operan con precisión inmutable.
Y tú, lector atento, que buscas comprender la verdad sin intermediarios, puedes reconocerlo:
Si te polarizas con consciencia en la bondad, en la paz, en la sabiduría, en la belleza, la alquimia se produce.
La mente muta. El alma se eleva. El intelecto se vuelve vehículo del Espíritu.
Porque sí, somos fundamental-mente intelecto, y nuestra evolución depende de cómo usamos esa mente: si la dejamos atrapada en los polos bajos, o la convertimos en instrumento de la Voluntad Superior.
CÓMO PRACTICAR LA ALQUIMIA MENTAL PARA CONSEGUIR LA TRANSMUTACIÓN DE NUESTRO SER
La clave, simple pero colosal, reside en la atención dirigida por la voluntad.
Cuando la mente despierta a la Realidad —ese punto de inflexión en que uno intuye que algo más existe— comienza a manifestarse una necesidad álmica de elevarse. Es el inicio del retorno.
El alma, hasta entonces dormida entre rutinas y sinrazones, clama por coherencia, sentido y verdad.
Y en ese clamor, surge la pregunta eterna:
¿Cómo salir de esta prisión sin sentido que ahoga la existencia?
Y entonces… llega el momento de investigar. Ya no basta con repetir lo aprendido.
Ahora la mente desea saber, comprender, experimentar, y se lanza al estudio profundo de las Leyes que rigen la existencia.
Y en ese proceso descubre, como una chispa reveladora, que la única vía eficaz es cambiar su propio estado.
¿Cómo? Mediante la práctica de la alquimia mental:
Fijar la atención en el polo deseado.
Actuar desde lo opuesto a lo que nos mantiene en baja vibración.
Convertir cada acto cotidiano en una declaración de alta frecuencia.
¿Estás atrapado en el miedo? Actúa con valor.
¿Te consume la tristeza? Inspírate en la alegría.
¿Sientes odio? Dirige tu atención hacia el amor.
Cada elección consciente reposiciona tu eje polar y te transforma.
Este es el arte:
A través de la comprensión de la dualidad, transmutar lo que nos daña en lo que nos sana, y en esa coherencia vital, elevar la vibración.
Porque cuando elevas tu vibración, no sólo sanas tu mente:
Te conviertes en el alquimista de tu realidad, el artesano espiritual que transforma el plomo de lo viejo en el oro de lo eterno.
UN PAR DE EJEMPLOS FUNDAMENTALES EN LA ALQUIMIA PARA la Transmutación mental objetivo del Kybalion
1. LA QUEJA
La queja continua ante cualquier acontecimiento o situación acaecidos en el día a día, desde el más sutil al más importante, constituye una de las causas que mayor dolor inflige en el alma humana.
Esto no obedece más que a un desconocimiento de la posibilidad de superar tamaño error convirtiéndolo en nulo.
SOLUCIÓN
Vamos a, con voluntad, fijar la atención de manera consciente y deliberada en cada cosa que nos molesta, considerando su polo opuesto.
A priori nos sentiremos incapaces de conseguir una polarización totalmente contraria dentro del concepto que nos ocupe, pero, con esfuerzo volitivo y, teniendo muy en cuenta que todo tiene un porqué y para qué, vamos a erradicar para siempre la queja de nuestras vidas, transmutándola en comprensión y serenidad.
2. EL JUICIO Y EL PREJUICIO
Si somos sinceros, aceptaremos que todos tenemos prejuicios y emitimos juicios, aleatorios y siempre condenatorios, relativos a las personas y a las características de la vida en general que nos rodea.
Este aspecto negativo de nuestra mentalidad, aprendido en su totalidad desde la niñez y sostenido por nuestro Ego a causa de la ignorancia y la inconsciencia, es uno de los motivos que más daño ajeno causa y detonante de la caída de personas y estamentos.
Esto, sin tener en consideración la infinita capacidad de la mente humana para inventar irrealidades que al primero que hacen sufrir es al propio inventor.
A través de su neutralización es posible el destierro del juicio en nuestra vida.
SOLUCIÓN
Simplemente vamos a identificar que estamos generando un juicio e inmediatamente vamos a pararlo, tomando conciencia de ello.
Los prejuicios son aprendidos y no se pueden evitar, que si olvidar, ya que están alojados en el subconsciente; los juicios si que son evitables en su totalidad mediante la voluntad de no emitirlos.
Esto va a transmutar el enjuiciamiento, al igual que en el caso de la queja, en una agradable sensación de benevolencia personal, porque realmente esta actitud constituye en sí misma un acto de compasión.
Ya tenemos dos aspectos transmutados mentalmente.
Sin queja y sin juicio.. ¿No te parece más hermosa la vida?
OTRAS CONSIDERACIONES SOBRE LA Transmutación mental objetivo del Kybalion
Fijémonos que el término en sí mismo es absoluto. No se puede transmutar algo a medias o casi transmutarlo. El oro surgido del plomo es oro.
Desde la comprensión de esto puede verse claramente que la transmutación mental es igual a la asunción de todas la Leyes Universales.
1.- En una primera apreciación estamos hablando de Mentalismo, está claro.
La transmutación mental es, en esencia, un acto de Mentalismo consciente.
2.- La Ley Universal de Correspondencia está presente en todos los planos, por tanto todo lo que en el Universo tiene mentalidad precisa de transmutarse para seguir creciendo.
3.- Para transmutar la mente es necesario elevar la Vibración; es evidente, pues, la presencia de la Ley.
4.- La piedra angular del cambio. Para elevar la vibración es preciso polarizarse en el grado adecuado y, más aún, la Ley Universal de Polaridad es la base para ello. Sin esta ley, no hay alquimia posible.
5.- La Ley Universal del Ritmo se manifiesta en este proceso de cambio mediante la reincidencia del error y su posterior substracción al péndulo rítmico.
6.- Evitando las causas que producen efectos indeseables podemos convertirnos en sabios conocedores y practicantes de la Ley Universal de Causación, dominando las leyes inferiores a través de ésta.
7.- Por lo que respecta a la Ley Universal de Generación, en la alquimia mental esto se expresa en la gestación de nuevas realidades internas, donde la voluntad activa —el principio masculino— toma el mando y convierte la intención en transformación.
Y fijémonos que, en conjunto, todas ellas están interrelacionadas y actuando a la vez en el devenir diario.
Resumamos, pues, que el intelecto es la esencia del ser humano y que, en consecuencia, LA TRANSMUTACIÓN MENTAL es inherente a éste.
Conseguirla a través de la alquimia mental, más tarde o más temprano es imprescindible y, afortunadamente, el instrumento único en la evolución del Ser.
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