Historia y tradición del Hermetismo
Fuente: La tradición hermética: revelación antigua y recepciones de Hermes Trismegisto
«El profesor de Filología Griega en la Universidad Complutense de Madrid, Miguel Herrero de Jáuregui, relata en esta conferencia la historia de aquellos que heredaron y cultivaron las enseñanzas de la tradición hermética, de su recepción, y comenta su carácter fundamentalmente textual a través de los tres temas primordiales que abarca el Corpus Hermeticum: Dios, el cosmos y el hombre.»
HERMETISMO: HISTORIA Y TRADICIÓN
¿Quién es Hermes Trismegisto?
Es la figura que resulta del sincretismo, de la fusión, de dos antiguos dioses: el egipcio Thot, dios de la escritura, la sabiduría, la palabra, que acompaña a las almas a su juicio tras la muerte, y el griego Hermes, que también es un dios mensajero, psicopompo, de la escritura, de la interpretación o Hermenéutica y que ya en el Siglo V a.c. el historiador griego Heródoto contaba que los griegos que vivían en Egipto identificaban totalmente su Hermes con el Thot egipcio.
A partir del SIII a.c. se documenta el epíteto Trismegisto, o Tres Veces Grande, para definir al dios greco-egipcio que resulta de la fusión de ambos, para convertirse más tarde en un «antiguo profeta» que en época anterior a los faraones habría recibido esa revelación divina.
Esas dimensiones de Trismegisto, es decir la religiosa del dios egipcio Thot con la cabeza de ibis, la filosófica del dios griego Hermes o la romana de Mercurio -soldado con el casco y las sandalias aladas-, junto a la última acepción de la tradición sapiencial del profeta, y el equilibrio estre ellas, es lo que va definiendo las diferentes etapas o aproximaciones al Hermetismo.
LA TRADICIÓN HERMÉTICA
Esta tradición empieza en época helenística cuando, tras las conquistas de Alejandro Magno, florecen estas sabidurías reveladas que invocan la autoridad de textos sagrados, cosa que en Grecia hasta el momento no habían existido como tales.
Es entonces, a partir de SII d.c. junto al gnosticismo cristiano, que todas esta escuelas eclosionan y, sobre todo en Egipto y el Norte de África, lo que más éxito tiene es el Hermetismo.
Toma la forma de unos textos, la mayoría de ellos en forma dialogal en la instrucción a un discípulo, Hermes a Asclepio es lo más habitual, pero hay otros casos basados en esta fórmula y que en conjunto revelan una serie de doctrinas sobre lo Divino y lo humano, Dios, el hombre, el Cosmos o la posición del hombre en éste último.
Estos textos son interesantes, no sólo por las doctrinas que tienen y que sirven para iluminar el ambiente intelectual, religioso y filosófico de la Antigüedad última, sino por la recepción de que han gozado a lo largo de la Historia.
Desde los padres de la Iglesia, los últimos filósofos neoplatónicos, los teólogos medievales -cristianos o árabes-, los humanistas del SXVI e incluso los científicos del SXVII, o los filólogos del SXX, han puesto los textos herméticos en el centro de sus discusiones sobre la religión, la ciencia, el Cosmos.. y por eso es un tema tan interesante, merecedor no sólo de una conferencia, sino de cientos de libros y artículos que se publican cada año y, en la actualidad, de miles y miles de páginas web, como puede ser ésta que estás leyendo.
Neohermetismos
Estas nuevas corrientes tienen como característica principal una cantidad mayor de ideas modernas que de tratamiento riguroso de las fuentes antiguas.
Un ejemplo claro de un neohermetismo de tipo esotérico -prosigue Miguel Herrero de Jáuregui – es el propio Kybalion, escrito en el SXX por tres americanos y que, aunque goza de mucha aceptación y es respetable, no tiene que ver con el estudios de la Antigüedad (cabe decir que en mi caso, desde la ignorancia del tema propiamente dicho, fue la fuente y contacto primeros que tuve para descubrir y alinearme con las doctrinas herméticas).
Hay otros tipos, como los estéticos, como la críticas literaria en el caso de Thomas Mann o poetas herméticos como Quasimodo.
Otro caso de falta de rigor esencial en la Filosofía original son las denominadas ideologías herméticas, las cuales mezclan conceptos de autoayuda o mantenimiento de cuerpo y mente, de carácter totalmente contemporáneo, con los axiomas y decretos de las doctrinas de Hermes.
ESTUDIO CIENTÍFICO MODERNO
«Con el ánimo de tratar las fuentes antiguas con el máximo de imparcialidad y sin proyectar ideas preconcebidas, inevitables por otra parte, empiezo esta Historia del Hermetismo por el final», dice Herrero de Jáuregui.
Es decir, por el inicio a finales del SXIX del estudio científico moderno del Hermetismo realizado por
Richard August Reitzenstein (1861-1931) y Poimandres
En el SXIX, para muchos la Edad de Oro de la Filología Clásica, el interés está en los clásicos, como Homero, los trágicos, Virgilio, etc. aunque en la época se consideran más bien decadentes y poco interesantes.
Es a finales del SXIX que la Escuela de la Historia de las religiones, interesada sobre todo en conocer el contexto en que se origina el Cristianismo, empieza a estudiar estas religiones helenísticas y Richard Reitzenstein, la figura más destacada de la institución, publica en 1904 el Poimandres.
Este libro toma su nombre del primer tratado del Corpus Hermeticum, y reconstruye el movimiento del antiguo Hermetismo, proyectando en parte lo que conocemos sobre el Cristianismo antiguo y postulando un origen egipcio.
Así, el Hermetismo sería una puesta por escrito en griego de la sabiduría procedente de la antigua religión egipcia, con sus propios fieles, los «herméticos», que vivirían en comunidades herméticas que tendrían estos textos casi como Escrituras.
Unos años más tarde cambió en parte esta tesis postulando un origen persa en lugar de egipcio, pero el modelo continuaba siendo un paracristianismo, contemporáneo al Cristianismo.
Este hermetismo explicaba buena parte de la literatura cristiana primitiva, como El Cuarto Evangelio o El Pastor, de Hermes.
Arthur Darby Nock (1902-1963) y André-Jean Festugière (1898-1982) con su Gran Edición del Corpus Hermeticum
Veinte o treinta años después cambiaba totalmente la aproximación, como es propio en las etapas iniciales de cualquier estudio de este tipo, y Arthur Darby Nock , en colaboración con el dominico André-Jean Festugière publicaron la gran edición del Corpus Hermeticum, lo comentaron exhaustivamente, bajo la tesis de que era un fenómeno esencialmente griego.
Al fin y al cabo, los textos estaban escritos en griego, no existían testimonios externos que hablaran de comunidades herméticas, había pocos papiros y ninguna información que pudiera demostrar un origen egipcio, por lo que acabaron considerándolos como genuinamente griegos.
También difieren con respecto a Reitzenstein en el hecho de que existieran en aquel entonces comunidades herméticas, aduciendo que era un adorno esencialmente literario, simples especulaciones de intelectuales que escribían sobre el Cosmos y el hombre utilizando este género de atribución al antiguo dios de la sabiduría, pero, mantenían, el contenido era esencialmente platónico, estoico y, además, en un nivel no excesivamente profundo y bastante banal. Y, por supuesto.. posterior al Nuevo Testamento.
Por supuesto, ni Reitzenstein ni Nock o Festugière carecen de ideología en estas aproximaciones, pero las justifican con argumentos filológicos. Este debate sobre la datación y la profundidad real de los textos herméticos aparece recurrentemente en la Antigüedad y en el SXVII.
De cualquier modo, cualesquiera que fueran sus prejuicios, lo cierto es que el aparato erudito de los dos autores era tan impresionante (4 volúmenes) que aparentemente este debate se daba por cerrado por décadas.
Salvo que en 1945, justo cuando se publicaba el último volumen de la Gran Edición, apareció, en el ámbito de uno de los descubrimientos más apasionantes del SXX por lo que respecta a textos antiguos, una jarra en Nag Hammadi, encontrada por casualidad por una pareja de hermanos campesinos egipcios, que contiene más de 1.100 páginas de manuscritos antiguos en papiro, traducidos al copto de antiguos textos originales griegos, con varias decenas de tratados gnósticos y 3 tratados herméticos.
Probablemente este hallazgo provenga de la depuración de la biblioteca de un convento en el desierto egipcio, que tras las persecuciones de las herejías los bibliotecarios deciden liberarse de los textos sospechosos y es por eso que es una jarra en la que todos los textos están teñidos de gnosticismo.
Pero la existencia de los tratados herméticos en este hallazgo ponía claramente en tela de juicio el dogma de que «nunca hubo comunidades herméticas» sostenido por Nock y Festugière, y su contexto egipcio queda ampliamente manifestado por el soporte en papiro de los escritos, coincidente totalmente con la realidad de la Arqueología, con lo cual la falta de testimonios externos quedaba sin efecto.
Pierre Mahé (1944-hoy)
La siguiente figura que tiene la mayor relevancia sobre los estudios herméticos durante los años 70 y 80 es Jean-Pierre Mahé, que sigue siéndolo aunque actualmente no es la única figura.
Él postula, de nuevo, un origen egipcio pero de un modo más elaborado que Reitzenstein. También es armeniólogo y descubrió una serie de textos herméticos en armenio, los cuales no se basan en una estructura dialogal larga y farragosa en ocasiones, sino en una serie de sentencias breves.
Me suena mucho este género a los Yoga Sutras de Patanjali, publicados recientemente en este blog.
La tesis de Mahé, que ha tenido bastante aceptación, es que el desarrollo de los hermética fue a partir de estas sentencias cortas, género bien conocido en Egipto, rellenadas con comentarios, explicaciones y glosas cuyo contenido si que incorpora las novedades filosóficas griegas.
Por lo tanto y paso a paso, el estudio del Hermetismo va centrándose cada vez más claramente en un origen egipcio, lo cual refuerza la idea del dios Thot como fuente primera de la filosofía que nos ocupa.
El avance de la Egiptología y el descubrimiento de nuevos textos en demótico que ya anticipan parte de los contenidos dels hermética, proporcionan sin duda nuevos argumentos para pensar que en el Hermetismo tenemos un núcleo egipcio con un desarrollo por parte de la filosofía griega y los influjos judeo-bíblicos cristianos.
Frances Amelia Yates (1899-1981)
*Continúa el profesor Herrero de Jáuregui:
Pero hay un hito más del que quiero hablar. En los años 60 Frances Yates, historiadora en el Warburg Institut de Londres, publico la obra Giordano Bruno y la Tradición Hermética, la cual significó una revolución para los estudios de lo acontecido en SVI.
En el SXVI se recibe el Hermetismo como un elemento fundamental de la tradición neoplatónica, pero, hasta el libro de Yates, se consideraba como un fenómeno marginal, para los interesados en la magia, como Bruno por ejemplo.
Lo que demuestra Yates es que los grandes descubrimientos científicos que han revolucionado la ciencia en aquel momento, como el heliocentrismo de Copérnico, están muy influidos por esa ideología neoplatónica.
El heliocentrismo de Copérnico pone en cuestión el esquema aristotélico, escolástico, bíblico, y los nuevos textos que aparecían con esta sabiduría antiquísima eran los que generaban el clima intelectual necesario para afrontar ese paradigma con nuevos cálculos matemáticos con resultados sorprendentes.
La tesis de Yates, después se ha matizado y discutido hasta la saciedad, contribuye de manera inexorable a que hoy día el estudio del SXVI y SXVII no pueda prescindir de la tradición hermética y otras tradiciones coetáneas, como el orfismo o la alquimia.
LOS TEXTOS HERMÉTICOS
Estos son los textos herméticos antiguos:
- Corpus Hermeticum
- Asclepio (en traducción latina)
- Kore Cosmou: en textos citados por Escobeo
- Lactancio y Cirilo: Fragmentos provenientes de citas latinas y griegas
- Fragmentos de papiros griegos
- Sobre la Ogdóada y la Enédea: textos de Nag Hammadi (en copto)
- Definiciones de Hermes para Asclepio (en traducción armenia)
- Textos alquímicos, mágicos y astrológicos
Corpus Hermeticum
El más importante es el Corpus Hermeticum. Son 17 tratados en griego. Estos tratados tienen la forma dialogal entre maestro y discípulo, ya mencionada antes, con ciertas alusiones rituales, y tratan temas metafísicos generales como el Cosmos, la antropología, temas teológicos.
Pero.. ¿de dónde provienen? ¿Reflejan realmente el Hermetismo antiguo?
Básicamente son producto de una recopilación, una selección que el bizantino Miguel Pselo (Miguel Psellos) hizo en el SX, ya que estaba muy interesado en la antigua filosofía de matriz platónica, la cual podía entenderse como una preparación para el Cristianismo.
Aunque esa homogeneidad temática refleja el interés de Pselo, más que una real homogeneidad en la Antigüedad.
En cualquier caso, estos 17 tratados fueron absolutamente olvidados durante la Edad Media y reaparecieron con gran pompa en el Renacimiento.
Asclepio
Es una traducción latina de un original griego perdido llamado Lógos téleios (El discurso perfecto), del que se conservan fragmentos en citas de autores o, por ejemplo, en uno de los papiros encontrados en Nag Hammadi.
Esta traducción latina, comparándola con el copto de los papiros y el griego del Lógos, permite observar cómo el traductor también añadió aportaciones de su cosecha a través de una narración más florida, como puede ser la añadidura de adjetivos a un nombre solo que aparece en los textos griegos.
Se atribuía a Apuleyo de Marauda, autor de Las Metamorfosis en el SII; aunque hay quien aún se la atribuye a él, la verdad es que la comunidad científica está de acuerdo en datarlo entre los siglos IV y V, tendiendo al V mayormente.
Esto es así porque en algunas citas de Lactancio, autor del SIV, el latín con el traduce no coincide con el de esta traducción del Asclepio, mientras que traducciones de Agustín de Hipona en el SV si que coinciden con la misma, por lo tanto se podría colocar en el V y de autor anónimo, en ningún caso Apuleyo.
Kore Cosmou
Hay una serie de textos que aparecen citas de autores neoplatónicos, el más importante de ellos es un antologista llamado Estobeo, a caballo entre los siglos V y VI, que transmite múltiples textos de autores antiguos y que sólo sobreviven gracias a sus citas.
Esas citas tienen también la forma de diálogo con discursos dualistas en los que separa el alma y el cuerpo, en que hay un «bueno es Dios» trascendente, siguiendo el mismo sentido que algunas referencias de otros neoplatónicos como Jámblico.
Lactancio y Cirilo
Por lo mismo, hay algunos autores cristianos que transmiten fragmentos de obras ya conocidas como el Corpus Hermeticum, Asclepio u otras obras perdidas.
Estos son, sobre todo, Lactancio en latín y Cirilo en griego, así como también Agustín, aunque éste último lo hace mayormente con referencias más que con citas.
Fragmentos de papiros griegos
Como dije antes, uno de los argumentos para dudar de la existencia de comunidades herméticas es la falta de papiros, de textos que nos transmitan el Corpus Hermeticum. Alguno ha sido publicado ya, como es el caso de Mahé que hizo públicos dos papiros de Viena.
Incluso hay papiros no publicados aún, inéditos, como es el caso de la colección Oxirrinco en Oxford. Lo sé porque yo he visto uno que corresponde con el Tratado III del Corpus y presenta muchas variantes significativas, como es lógico dada la diferencia de datación entre ese papiro y la selección de Pselo, que se puede valorar en siete siglos.
Textos de Nag Hammadi
Los textos hallados en este lugar son 3 tratados herméticos, uno de ellos con parte del Asclepio, otros con diversos tratados de Corpus en general y este tratado no conocido a través de ninguna otra fuente como es Sobre la Ogdóada y la Enédea, un lenguaje típicamente neoplatónico.
Texto armenio
También está Definiciones de Hermes para Asclepio, en armenio y traducido por Mahé, que constituye la parte central de esta nueva hipótesis sobre el origen de los hermética.
Textos alquímicos, mágicos y astrológicos
Finalmente, hay una pléyade de textos mágicos, alquímicos, astrológicos, botánicos.. en que Hermes es invocado como Autoridad, o bien se atribuyen a él directamente.
Esto plantea un problema clásico, que ya aparecía en la época de Reitzenstein, constituido por la relación entre ese Hermetismo teórico, metafísico, del Corpus y el práctico (bajo.. aunque no es conveniente juzgar nunca al usuario de un pairo mágico).
De hecho, la ausencia de elementos mágicos o astrológicos en el Corpus Hermeticum puede deberse a la propia naturaleza original de esos textos o al filtro de Pselo, que haya eliminado todo este registro práctico como poco acorde con sus convicciones cristianas.
Sea como fuere, hoy la tendencia general es pensar que la distancia entre los niveles teórico y práctico es menor de la que se consideraba, al igual que en otras filosofías como la presocrática.
Si ambos niveles tienen en común algo, es que participan de una misma idea basada en una salvación para el hombre que depende de un Saber intelectual pero revelado.
Por eso, en base a esta idea, la resolución de un problema concreto, como una enfermedad o un desamor, puede depender de una solución mágica o alquímica, o astrológica para conocer el destino, o metafísica como una salvación Universal. Pero en resumen dependen de la revelación de un Saber, es decir, hay un componente humano y uno divino.
PRIMER GRAN TEMA DEL HERMETISMO: DIOS
«Sólo voy a usar tres textos, no hay más, pero sí me parece importante ya que se trata de un fenómeno textual comentar alguno de ellos para explicar cuáles son los problemas principales que plantean.»
*El profesor Herrero de Jáuregui lee y comenta a continuación lo que transcribo.
En el Tratado 5 del Corpus, Hermes inicia a su hijo Tat, como discípulo, en un Saber secreto que «sólo para él va a ser evidente» y lo primero que define en Dios es que es innombrable, es decir que cualquier aproximación humana va a fallar, va a quedarse corta; eso es la teología negativa, de matriz claramente platónica.
Sigue, abogando por la Unicidad Suprema exclusiva, pero compatible con la multiplicidad del Universo ya que ese Uno se manifiesta en la diversidad.
Este monismo absoluto es también compatible con un esquema politeísta. Esto es muy típico del paganismo tardío, en el que los antiguos dioses se identifican también con los astros, lo cual abre paso a todas las lecturas astrológicas que provienen de Babilonia.
Esta importancia del Sol en los textos herméticos es parte de lo que utilizará Copérnico y el ambiente del SXVI para apoyar el Heliocentrismo.
La acepción que aquí se da no tiene nada que ver con cálculos matemáticos, sino la incorporación de un politeísmo tradicional; recordemos que el Sol era una deidad fundamental del antiguo Egipto cuando, en épocas antiquísimas, Akenatón había tratado de reformar la religión tradicional encaminándola hacia el monoteísmo Atón, el Sol, era el Dios Supremo.
El mismo Tratado 5 acaba, en composición anular típica de los tratados revelatorios, acaba de un modo contradictorio e incomprensible, ya que el platonismo tenía muy claro que existe una distancia absoluta en el dios Creador y la materia, inquebrantable.
Sin embargo, estas últimas frases de este Tratado, propias del estilo místico y revelatorio en que Maestro y discípulo entran en comunión, son de tipo típicamente panteístas, de la teología estoica, en la que Dios es la materia, sin la dualidad entre Creador y Creación.
Esta confusión entre imágenes de matriz platónica e imágenes de matriz estoica es una de las contradicciones que Festugière señala cuando apela a la falta de profundidad de los hermética, así como una comunidad que los respaldara a ellos y a sus convicciones y dogmas.
Defendía que frente a las debilidades o vulnerabilidades en la convicción espiritual de un sólo individuo, una comunidad real es mucho más improbable que sucumba ante las mismas vicisitudes, dada su fortaleza como tal.
Hoy día esa tesis de Festugière parece excesiva y se señalan múltiples comunidades que creen en textos contradictorios, pero además hay una dirección de investigadores que apuntan a la posibilidad de dos niveles de conocimiento, incluso más en esas comunidades, siguiendo un esquema que también encontramos entre los pitagóricos y otros movimientos antiguos.
Un primer nivel de conocimiento básico consideraría, por ejemplo, que el Cosmos es divino y un segundo nivel aseveraría que es platónico.
O un primer nivel que pensaría que el Cosmos es bueno per se, frente a un segundo que consideraría que la materia es algo de lo que hay que despojarse y al que sólo se llega tras un proceso iniciático.
Sin exagerar ni pretender encontrar una consistencia absoluta entre todos los textos herméticos, es posible que si tengamos algo de ese doble nivel de conocimiento en los hermetistas.
SEGUNDO GRAN TEMA DEL HERMETISMO: EL MUNDO
El gran representante de este tema es el Poimandres, el Primer Tratado del Corpus Hermeticum. Un buen ejemplo de la etimología de esta palabra es que Poimandres, el Maestro, podría ser el pastor de hombres en griego, mientras que los egiptólogos la atribuyen a la sabiduría de Ra, que posiblemente sea cierto. Esto refleja el carácter mixto egipcio-griego de los hermética.
Este Tratado es muy famoso porque se parece enormemente a textos conocidos por todos, como el Timeo de Platón, o la Cosmogonía del Génesis.
*El profesor Miguel Herrero lee y comenta a continuación lo que transcribo.
Aparte de algo que en las lecturas posteriores trataban de armonizar Hermetismo y Cristianismo, hay un detalle muy revelador de cómo confluyen en el Hermetismo imágenes aparentemente contradictorias.
Lo del Dios hermafrodita, macho y hembra a la vez, es una imagen típicamente órfica para reforzar el monismo, la unicidad del Dios primigenio. No es una pareja de dioses macho y hembra, sino un Dios Primero.
Pero claro, este refuerzo del monismo funciona bien para un discurso teogónico en que los elementos del Cosmos son engendrados y paridos por ese primer Dios hermafrodita -que engendra y pare a los demás dioses-, mientras que en el Poimandres el Dios hermafrodita engendra por la palabra.
Esto es una imagen egipcia y bíblica que no necesita del esquema teogónico, ya que es un ejemplo muy adecuado para justificar la separación de la filosofía platónica entre lo creado y el Creador.
Esta cosmogonía hermética está utilizando ambas imágenes a la vez sin ser necesario que un Dios deba ser hermafrodita si crea por la palabra.
Más adelante el Poimandres menciona la creación de los siete planetas, incorporando con ello el politeísmo y la astrología.
Con la creación del hombre se da una similitud con el relato típicamente gnóstico de la caída primigenia, pero el autor hermético pone ese primer pecado en el narcisismo, al enamorarse de su propia imagen al verse reflejado en el agua, y alegóricamente, con estos saltos lógicos que tanto fastidiaban a Festugière, se une a la Naturaleza.
Otra de las contradicciones que se observa en la hermética es que hay un tipo de textos que llamamos de cosmología positiva, en que el Cosmos es inferior a lo divino, pero aun así es una obra divina y por tanto bueno, y una cosmologia negativa en la que la materia es una cárcel de la que hay que liberarse, constituyendo una prisión esencialmente mala.
Esta cosmología es propia de la escuelas gnósticas y aparece en algunos tratados del Corpus, sea como contradicción, sea como un estadio diferente de ese conocimiento iniciático.
TERCER GRAN TEMA DEL HERMETISMO: EL HOMBRE
El último texto que vamos a comentar es sobre el lugar en que queda el hombre tras esa caída por su naturaleza dual y que queda fielmente reflejado en Asclepio.
*El profesor de Jáuregui lee y comenta a continuación lo que transcribo.
Contrariamente a la mayoría de los textos gnósticos o al propio Génesis, el estatus dual del hombre lo situa en un nivel intermedio entre lo divino y lo terrestre.
El hombre es casi divino y por eso es capaz incluso de crear dioses, en una articulación interesante de este Evemerismo que consistía en mantener la idea de que los dioses antiguos eran creados por los hombres.
De esta manera se deificaban, en el fondo, a los faraones, luego a los tolomeos, luego a los emperadores, porque no podían ser los dioses antiguos superiores a los hombres.
El hecho de que el hombre «es hacedor de dioses y merece admiración como el más grande de los seres», es el elemento más original del Hermetismo, que aquí ni siquiera está diciendo que los dioses no existan, sino que asevera que son obra del hombre.
Esta visión metafísica del antropocentrismo es lo que sin duda conecta con estos textos alquímicos y mágicos que hacen al hombre capaz de gobernar y manipular las fuerzas supra naturales.
Recepción en la Antigüedad tardía
Estos textos, como digo, tienen de interés el proceso de recepción que han tenido a lo largo de los siglos.
En la Antigüedad tardía, los primeros que nos hablan de los textos herméticos son, por un lado los filósofos neoplatónicos:
- Porfirio tiene mala opinión de ellos y no cree que sean realmente obra de Hermes.
- Jámblico dice que si que lo son y están en griego porque son traducción del egipcio.
Esa explicación de Jámblico a la posición de Porfirio en el fondo anticipa los debates de siglos posteriores y que no deja de ser en esencia lo que discutían mucho más adelante Reitzenstein y Festugière.
Y por otro lado los cristianos, entre los que hay un doble nivel de recepción.
Lactancio es el más entusiasta lector de Hermes que ha tenido el Cristianismo antiguo y transmite múltiples citas, por ejemplo del inicio del Poimandres con esta revelación pagana de la unicidad de lo divino que, además, tiene una palabra creadora como anticipación de La Trinidad.
Claro, aquí se suscita un problema más extenso, que es el de cómo explicaban los cristianos antiguos las coincidencias con elementos de la sabiduría griega, como Platón, los asórficos y, en este caso, con Hermes.
Diversos mecanismos que dependen, de modo muy importante, de la cronología:
- Si el sabio griego es posterior a Moisés, es fácil hablar de influjo, en ocasiones incluso de plagio; era muy normal, ya en la tradición griega, decir que Platón, Pitágoras o Solón habían realizado un viaje de formación por Egipto y que de allí habían tomado sus ideas. De esta manera y para los cristianos, decir que en ese viaje habían entrado en contacto con la revelación mosáica constituía una extensión natural del antiguo argumento griego.
- El problema con Hermes es que, según las cronologías que manejan los antiguos, es anterior a los faraones y por lo tanto no se puede afirmar que es posterior a Moisés que, como dice el propio Éxodo, si que es contemporáneo también de los faraones.
Entonces, la explicación que da Lactancio, con Clemente de Alejandría (el Cristianismo más «liberal»), es que Hermes y algunos otros sabios antiguos recibieron chispas de la Revelación, cuya gran hoguera, por supuesto, es La Biblia, pero que Dios es capaz de iluminar de manera independiente a estos sabios, que habrían tenido estas intuiciones de la Verdad.
Un siglo después Agustín de Hipona es mucho más escéptico y, para empezar, toca la cronología. Admite el florecimiento de estos estudios herméticos pero.. son posteriores a Abraham y Moisés, con lo cual la unicidad de la relación queda asegurada.
Recepción en la Edad Media
En la Edad Media se siguen descubriendo nuevos textos herméticos. El Hermetismo, campo de investigación ahora muy en boga, en su faceta medieval no fue durante mucho tiempo materia de interés.
Aparte del Asclepio, que como he dicho se conservó en traducción latina en Occidente, un texto atribuido a Hermes, de probable autoría árabe y que se conserva sólo en traducción latina, es este Libro de los veinticuatro filósofos, una narrativa sobre veinticuatro filósofos que se reunieron para dar cada uno de ellos una definición de Dios en forma de sentencia y ninguna coincidía, pero nos da algunas famosísimas.
La más conocida es la segunda: «Dios es una esfera infinita cuyo centro está en todas parte y cuya circunferencia no está en ninguna», de estilo hermético al 100%. Es un axioma aparentemente matemático, pero con una solución mística.
Estas sentencias probablemente aparecen en ámbito árabe, donde la figura de Hermes tiene a su vez prestigio por la adopción también de un antiguo profeta que identifican con su Idris.
Seguramente, parte de la literatura hermética en árabe que hoy se sigue descubriendo y editando tiene un origen incluso anterior. Por ejemplo, en torno a Harrán en el Sur de Turquía, es posible que durante cuatro o cinco siglos hubiera una ciudad realmente hermética que tenía un culto astral en el que se manejaron textos en Siríaco que después pasaron a los árabes.
Y por las traducciones medievales, muchas de ellas que pasan por España, se conservan algunos en traducción latina y otros en ambas versiones.
La Tabula Smaragdina
Texto muy famoso, La tabla Esmeralda, cuyo original supuestamente hubiera sido en fenicio, de ahí al árabe y al latín. Es un texto básico para los alquimistas.
«Lo que está abajo es según lo que está arriba, y lo que está arriba es según lo que está abajo, para realizar los milagros de una sola cosa.»
«Su padre es el Sol; su madre es la Luna; lo llevaba el viento en su vientre; la Tierra es su nodriza.»
Picatrix
Este es otro texto que quiero mencionar, porque se conserva en traducción latina que probablemente procede de una traducción anterior del árabe al castellano que encargó Alfonso X y que se ha perdido. La idea es que el castellano fue el idioma intermediario entre el árabe y el latín en este texto.
Es un texto también astrológico, pero que situa a Hermes como fundador de una gran ciudad en Egipto con cuatro puertas, el león, el toro, el águila y el perro, guardada por los vientos y adornada con todas esas imágenes tan familiares.
Testamento a Amón y otros textos árabes
Y como digo, se siguen descubriendo textos árabes. Hace poco se ha editado el Testamento de Amón, que es del mismo estilo, pero no traducción del griego sino composición en árabe directamente.
El Corpus Hermeticum en la edad Media
Durante la Edad Media estos textos influyeron cada vez más, los citan Nicolás de Cusa, Tomás de Aquino, Alberto Magno… pero cuando realmente eclosiona el Hermetismo es cuando, en 1464, Cosme de Medici se hace con una copia del Corpus Hermeticum, de este texto griego compilado por Pselo.
Va a su gran sabio Marsilio Ficino, que estaba en aquel momento acometiendo la traducción de Platón y lo hace parar, interrumpir la traducción de Platón porque «había algo más grande».
Entonces Ficino, en unos cuantos meses realiza el texto que será el más influyente de la historia del Hermetismo moderno, la traducción latina, con comentario, del Corpus Hermeticum, sólo los catorce primeros Tratados. Más tarde vendría otro manuscrito que traería los tres que faltan.
Este texto de Ficino tuvo múltiples lectores. En España se tradujo inmediatamente, una traducción que no se llegó a editar y circuló en modo manuscrito que se conserva hoy en día. Ahora hay un movimiento interesante, sobre el que no me quiero extender, una línea de investigación sobre la recepción de Ficino y del Hermetismo en España, en círculos de erasmistas o incluso posteriores.
Fray Luís de León, por ejemplo, cita con gran admiración a Ficino y a Hermes. En Fray Luís y San Juan de la Cruz se han querido encontrar imágenes herméticas, pero yo diría más bien platónicas, porque en general el Hermes que ellos han podido leer siempre es a través de las obras de Ficino.
Un continuador de Ficino es Giovanni Pico della Mirandola, Juan Pico, quien en su Discurso sobre la dignidad del hombre decidió comenzar citando a Hermes. Es un texto fundacional del Renacimiento y empieza diciendo: «Gran milagro, oh Asclepio, es el hombre». Ese texto también tuvo muchísima difusión en España.
En el prólogo del Corpus Hermeticum Ficino decía que ésta es la antigua sabiduría que es absolutamente compatible con el Cristianismo. La llama la Prisca Filosofia (antigua filosofía), con una serie de sabios como Zoroastro, Hermes, Orfeo, Pitágoras, Platón, que habrían ido transmitiendo esta antigua sabiduría revelada y que lejos de degenerar en Platón, habría culminado en él.
Para Ficino el texto más importante sigue siendo Platón, pero el origen de los aciertos de la filosofía platónica está en que la revelación inicial divina es de Hermes y lo hacen compatible con todos los dogmas cristianos.
Por eso encontramos a finales de SXV a Hermes en la Catedral de Siena, en un mosaico que reza: «Hermes Trismegisto, contemporáneo de Moisés». El tema de la cronología sigue siendo absolutamente capital, recordemos que no lo son. También se encuentra un cuadro en el que aparece Hermes junto a Moisés e Isis en los apartamentos del Papa, por lo que de esta manera Hermes se había abierto paso en la Iglesia hasta la cámara papal.
Recepción en El Renacimiento
En Italia
Señalo algunas de las figuras más importantes de esta recepción neoplatónica que durante el XVI tiene una importante presencia en la Iglesia Católica en Italia:
- Lodovico Lazzarelli compone obras herméticas.
- Francesco Giorgi hace una síntesis con la Cábala.
- Agostino Steuco y Franjo Petris, croata pero más conocido como Francesco Patrizi porque tiene su cátedra de teología platónica en La Sapienza, tratan de hacer esta gran síntesis de «Filosofía perenne», eterna, en la que tiene cabida el Platonismo, el Cristianismo y prácticamente cualquier otra Escuela que procede de esa gran Sabiduría Universal.
Es un intento de reforma dogmática del Catolicismo que no triunfa, pero alternativo a la Contrarreforma, como respuesta sin duda a la reforma protestante y sus principios de Sola Escriptura. Lutero cita una sola vez a Hermes y lo hace mal, algo así como «Trimisto..», sin ningún interés.
Mientras que en Roma florecen esta figuras, aunque poco a poco van encontrándose la oposición de los aristotélicos y de los jesuitas. Giorgio era franciscano, Steuco era agustino y Patrizi era jesuita, pero marginado en su orden y al morir su cátedra se suprime y sus últimas obras fueron condenadas por la Inquisición.
No es casual que en el año 1600 fuera cuando queman a Giordano Bruno, el hermetista más convencido de la Modernidad y mártir del Hermetismo. Promulgaba la certeza de que no es que haya que conciliar a Hermes, la relación pagana y el Cristianismo, sino que hay que renunciar directamente al Cristianismo e ir a las fuentes antiguas de sabiduría. Esa coherencia con el hermetismo fue lo que le llevó a la hoguera.
Su sucesor, Tommaso Campanella, también calabrés y dominico y asimismo revolucionario al principio (montó una revolución contra la corona española y estuvo en la cárcel), se dio cuenta de la suerte que había corrido unos años antes Giordano Bruno y cambió. Escribió La ciudad del Sol, una gran utopía favorable a la monarquía española y después acabó haciendo la Teoría del Rey Sol en Francia.
En esas utopías literarias, esa ciudad de adoradores del Sol y esta Religión Universal hay sin duda un influjo claro de los textos herméticos y de la filosofía platónica.
En Alemania
Por otro lado en el Norte, en Alemania, hay un Hermetismo renacentista también fortísimo, pero menos dependiente de Ficino y su traducción y más continuador del medieval que depende mucho de la alquimia:
- Paracelso, Tritemio y todos estos médicos de tradición no galénica, no científica, relacionados con la alquimia.
- Philippe de Mornay es un defensor de la tolerancia religiosa en la corte de Enrique IV y utiliza a Hermes como ejemplo de que diversas religiones pueden tener múltiples chispas de Verdad.
- John Dee es el astrónomo de Isabel I de Inglaterra.
- Robert Fludd es el gran rival de Kepler y este último empieza a utilizar ya «Hermetismo» como algo despectivo, rechazable, frente al primero que, en lugar de hacer diagramas que ilustran sus razonamientos, razona con dibujos. Es un Hermetismo artístico que tiene un reflejo estético muy conocido en los grabados.
Las imprentas alemanas graban muy bien y aparecen la Tabla Esmeralda y diversas sentencias alquímicas con un despliegue de grabados y de emblemas que los hace ubicuos. Una buena muestra de ello es, en la actualidad, la aparición de estos grabados alquímicos en cualquier búsqueda relacionada con el término Hermes en Internet.
Aparece, por supuesto, el Dios Joven, con el casco alado y patrón de la Alquímia, y también los dibujos tan conocidos del «Sabio Antiguo Oriental».
Michael Meier en la Atalanta Fugiens (La fuga de Atalanta), que es el gran libro de emblemática alquímica, sostiene la figura de Hermes como personaje principal.
Recepción final
Datación definitiva del Corpus Hermeticum de Isaac Casaubon (1559-1614)
Todo este florecimiento tanto en Italia como en Alemania llega a su fin con Isaac Casaubon, figura imponente, yerno de otro gran filólogo, Henri Estienne, quien, en una refutación de un cardenal italiano que participaba de esta idea de la filosofía perenne en que todo concuerda, dedica unas pequeñas páginas a la datación real del Corpus Hermeticum.
Esto es época imperial y trae a colación argumentos sintácticos, léxicos, filosóficos, absolutamente irrefutables. Desde entonces esa datación ha sido inamovible. Se podrá matizar en cuanto a los orígenes sobre si hay parte posteriores o anteriores, pero la datación de Casaubon acabó con esa idea de la Prisca Filosofía en la que los textos de Hermes serían el inicio de toda esa tradición platónica.
Al contrario, son incluso posteriores a Platón, pero también al Nuevo Testamento, por lo cual, y esta es la agenda ideológica de Casaubon, la influencia, de haberla, es de la Biblia en los textos herméticos y no al revés.
Athanasius Kircher y su Oedipus Aegyptiacus (1652-54)
Aún hubo algunos intentos resistentes del Hermetismo tradicional en las siguientes décadas. Athanasius Kircher es un jesuita bien conocido, que pretendía haber descifrado los jeroglíficos egipcios y hace una obra absolutamente extraordinaria llena de erudición, de conocimiento y de falsedades, basada en descifrar todos los jeroglíficos y que nunca tuvo lugar, para la que utiliza mucho los textos herméticos.
La «Egiptomanía» floreció durante el SXVIII, pero al final, cuando Jean-François Champollion descifró con La Piedra Rosetta todos los jeroglíficos todo esto cayó en el mas absoluto desprestigio.
Pero en ámbito católico, Kircher estaba en Viena y publica en Rom, pero esa idea de la emblemática mística en que todo concuerda, no sólo es ya cuestión del Norte protestante sino que éste la ha aplicado a su intento.
Ralph Cudworth y su The True Intellectual System of the Universe (1678)
En el neoplatonismo de Cambridge, un movimiento que florece en el SXVII tras Casaubon, Cudworth, su figura más destacada, discute con Casaubon con argumentos muy parecidos a los que tendremos entre Festugière y Reitzenstein.
Acepta la datación del suizo, pero arguye que la raíz es egipcia, la sabiduría puede ser anterior. Entonces hace una versión inglesa de la Filosofia Perennis de Ficino y Steuco y, así, este movimiento trata de promover de nuevo la tolerancia y la libertad religiosas valiéndose de estas antiguas tradiciones.
Isaac Newton, Comentario a la Tabula Smaragdina (1680-1690)
Finalmente, el último gran chispazo de este Hermetismo tradicional aparece con Isaac Newton, cuyos descubrimientos son física y matemática exclusivamente científica, pero que junto a sus obras impresas dejó miles y miles de manuscritos, en los que sus intereses son sobre todo religiosos, alquímicos y, desde luego, tiene un comentario a a la Tabla Esmeralda.
Estos manuscritos son hoy objeto de estudio muy intenso. Fueron comprados por John Maynard Keynes y donados al College de Cambridge, en el que estuvo Newton.
Sin duda muestran que la separación entre alquimia hermética y química científica no era a sus ojos tan nítida como lo fue después, a partir del Racionalismo y demás.
Este Comentario a la Tabula se escribe entre 1680-90 y recordemos que la Ley de Gravitación Universal se formula en 1686. Es el mismo Newton, no más joven ni más inexperto.
Pero que duda cabe que lo que se publicó fueron sus obras físicas, quedando estos manuscritos relegados a su situación manuscrita.
Mozart y La flauta mágica (1791)
Por tanto, el Hermetismo posterior a Casaubon declina hacia lo marginal, lo oculto. El último ejemplo es que hay una interpretación hermética en La flauta mágica de Mozart (1971), partícipe de la Masonería, de diversos movimientos esotéricos y secretos. La obra se situa en Egipto, si, pero Hermes no aparece explícitamente.
Ese Hermetismo es sólo ya para los iniciados, para los que participen de su logia, para los que estén «en el secreto».
A partir de Casaubon y con esos chispazos de resistencia, la tradición hermética se ocultó durante dos o tres siglos en corrientes marginales, lejanas a la gran tradición occidental, contrariamente a los que había sido en los siglos anteriores.
Y sólo Reitzenstein, Festugière, los filólogos y los historiadores la sacan de ese ocultismo y de esa marginalidad para situarla de nuevo en el centro de las discusiones. Es a la Ciencia, a la Filología, a la Historia, a la Academia a quien corresponde hoy seguir profundizando en esta frase con la que Pico della Mirandola empezaba su manifiesto renacentista:
«.. el hombre es un Gran Milagro»
Quiero dar las gracias al profesor Miguel Herrero de Jáuregui por esta aportación exhaustiva, clara, cercana, erudita y totalmente inteligible de la Historia y tradición del Hermetismo. Hace un par de años vi el vídeo entero por primera vez y en aquel momento pensé: «Tienes que escribir esto, es un gran conocimiento». Hoy está aquí, afortunadamente para mi.
Sin duda, es un documento audiovisual excepcional, que tengo el honor y la paciencia de escribir dado su valor, con el ánimo de que quede por escrito lo dicho de manera estructurada y bien documentada por el profesor.
Estoy convencido de que ayudará a entender amenamente todo el devenir del Hermetismo desde sus orígenes hasta hoy a todos lo que tengan oídos para oír y ojos para ver estas verdades universales.
Gracias Miguel.
Más entradas relacionadas con el Hermetismo
Ahora Comparte tu Opinión, Comparte tu Conocimiento
COMENTA